Enrique Llena, Seleccionador Nacional, ha sido fuertemente criticado por los mostrado con la Selección Sub 21.
¿Es un fracaso lo sucedido con la Sub 21? FOTOS: NOTIFUTGOL (www.lusaco.tk)
En los últimos 20 años nos veníamos acostumbrando a los constantes fracasos en su mayoría al mando de Mauricio Cruz, Florencio Leiva y una que otra aventurita como el caso del italiano Batistini o un fraude como el argentino Carlos del Toro. Sin embargo la tendencia de esas selecciones, sin importar su categoría, era que salían a pasear, a defenderse, a evitar goleadas, a participar no a competir, etc.
Sin embargo cuando Otoniel Olivas aceptó el reto de dirigir una Selección Nacional, ilusionó a todo un país porque se vieron cosas diferentes empezando por un cambio de actitud, y aunque fue constantemente criticado, al final los RESULTADOS lo respaldaron y marcó historia.
La gran interrogante ¿Es Llena el culpable y debe –por vergüenza- renunciar? La respuesta será diferente entre cada aficionado, así es que emitan su juicio y esperen que el tiempo les dé o no la razón. De hecho puedo apostar que ni a Llena ni a la FENIFUT le ha quitado ni le quitará el sueño lo acontecido.
Lo que si podemos señalar como sugerencia a gritos es que Llena debería de reestructurar su equipo de trabajo, debe de rodearse de gente con una visión diferente, con experiencia y resultados comprobados, con una visión que permita salir del amateurismo y dar el salto completo a la semiprofesionalizacion de este deporte en donde irónicamente encontramos a jugadores ganando salarios elevados a pesar de actitudes y comportamientos que no valen ni un centavo.
Es muy corto el tiempo que lleva Enrique Llena en el país como para pedir su destitución, sin embargo se comenta que él desde su natal España, ya sabía a lo que venía, la realidad del país, las limitaciones, etc.
Creo que lo que debe de reconocerse es que se fracasó con la Sub 21, que no se pudo con una de las peores selecciones del mundo –Belice- y que los “ticos” no solo nos pasaron encima, sino que lo hicieron jugando ellos a medio gas (al menos en Managua) y con una Nicaragua renca, pobre de ideas, sin actitud… y no, por favor que no salga ningún defensor de lo indefendible diciendo que es por falta de recursos...
Son muchos los puntos que deben mejorar, entre ellos el ser verdaderos “buscadores de talentos”, el observar jugadores deben ser tareas diarias no solo una vez por semana a nivel de Primera y Segunda División sino a nivel nacional. Pregunto: ¿Cuántos jugadores de la Costa Atlántica integraron la Selección Sub 21?
Deben de haber planes de trabajo, objetivos definidos y por supuesto medidores de desempeño para evaluar si se cumplen o no. ¿Somos tan malos e incapaces como para no conseguir amistosos contra una o dos del resto de peores selecciones del mundo como para foguear a la azul y blanco y aprovechar las famosas fechas FIFA?
Finalmente creo que hay que re direccionar la mirada hacia el fútbol infantil. Ahí hay que empezar a trabajar y poner buenos conocedores e instructores, gente que enseñe y forme jugadores y se supone que para eso son las famosas Escuelas de Talento. Hay que mandar entrenadores a aprender a otros países pero no una semana, o un mes, sino años.
¿Cuántos técnicos hubieran aprovechado más un convenio con la Escuela Tigres de Brasil en vez de los chavalos que desperdiciaron la oportunidad más valiosa de sus vidas?
Por hoy suficiente, que comience el debate de los aficionados, que no tienen culpa de nuestra triste realidad.
LUSACO
La inobjetable humillación recibida futbolísticamente con un 12 x 1 global ante la Selección Nacional Sub 21 de la hermana república de Costa Rica como parte del Repechaje a las Eliminatorias para los XXI Juegos Deportivos Centroamericanos no solo evidenció las marcadas diferencias entre el fútbol centroamericano y el modesto balompié pinolero, sino que además ha generado múltiples comentarios de parte de aficionados de este bello deporte.
Como siempre sucede con las derrotas, la primera cabeza que se pide es la del líder, la del capitán del barco: en este caso la del Sr. Enrique Llena, seleccionador nacional de origen español que sin duda alguna ha sido un fracaso total en lo que se refiere al primer objetivo: La Sub 21 y la clasificación a los Centroamericanos.
No obstante conociendo como se mueven las cosas en este deporte en países como el nuestro, seguramente Llena está ungido con la bendición dirigencial como para apostar que podrá seguirse “llenando” de más de lo mismo: derrotas, goleadas, falta de actitud, etc. si es que no hay CAMBIOS RADICALES para enrumbarse por el camino correcto de cara a torneos de mayor relevancia con la selección mayor.
Partiendo de un principio administrativo que dice que “Las gestiones se miden por los resultados”, seguramente todos coincidimos que el Fútbol Nacional acaba de ser víctima de un desastre más, un fracaso más. Es cierto que la afición se ilusionó cuando con una actitud diferente hace unos meses se le ganó un "amistoso" a Honduras, pero cuando hubo algo en juego que demanda exigencias no se pudo con Belice y ni hablar de lo que pasó con Costa Rica.
En los últimos 20 años nos veníamos acostumbrando a los constantes fracasos en su mayoría al mando de Mauricio Cruz, Florencio Leiva y una que otra aventurita como el caso del italiano Batistini o un fraude como el argentino Carlos del Toro. Sin embargo la tendencia de esas selecciones, sin importar su categoría, era que salían a pasear, a defenderse, a evitar goleadas, a participar no a competir, etc.
Sin embargo cuando Otoniel Olivas aceptó el reto de dirigir una Selección Nacional, ilusionó a todo un país porque se vieron cosas diferentes empezando por un cambio de actitud, y aunque fue constantemente criticado, al final los RESULTADOS lo respaldaron y marcó historia.
La gran interrogante ¿Es Llena el culpable y debe –por vergüenza- renunciar? La respuesta será diferente entre cada aficionado, así es que emitan su juicio y esperen que el tiempo les dé o no la razón. De hecho puedo apostar que ni a Llena ni a la FENIFUT le ha quitado ni le quitará el sueño lo acontecido.
Lo que si podemos señalar como sugerencia a gritos es que Llena debería de reestructurar su equipo de trabajo, debe de rodearse de gente con una visión diferente, con experiencia y resultados comprobados, con una visión que permita salir del amateurismo y dar el salto completo a la semiprofesionalizacion de este deporte en donde irónicamente encontramos a jugadores ganando salarios elevados a pesar de actitudes y comportamientos que no valen ni un centavo.
Es muy corto el tiempo que lleva Enrique Llena en el país como para pedir su destitución, sin embargo se comenta que él desde su natal España, ya sabía a lo que venía, la realidad del país, las limitaciones, etc.
Creo que lo que debe de reconocerse es que se fracasó con la Sub 21, que no se pudo con una de las peores selecciones del mundo –Belice- y que los “ticos” no solo nos pasaron encima, sino que lo hicieron jugando ellos a medio gas (al menos en Managua) y con una Nicaragua renca, pobre de ideas, sin actitud… y no, por favor que no salga ningún defensor de lo indefendible diciendo que es por falta de recursos...
Son muchos los puntos que deben mejorar, entre ellos el ser verdaderos “buscadores de talentos”, el observar jugadores deben ser tareas diarias no solo una vez por semana a nivel de Primera y Segunda División sino a nivel nacional. Pregunto: ¿Cuántos jugadores de la Costa Atlántica integraron la Selección Sub 21?
Deben de haber planes de trabajo, objetivos definidos y por supuesto medidores de desempeño para evaluar si se cumplen o no. ¿Somos tan malos e incapaces como para no conseguir amistosos contra una o dos del resto de peores selecciones del mundo como para foguear a la azul y blanco y aprovechar las famosas fechas FIFA?
Finalmente creo que hay que re direccionar la mirada hacia el fútbol infantil. Ahí hay que empezar a trabajar y poner buenos conocedores e instructores, gente que enseñe y forme jugadores y se supone que para eso son las famosas Escuelas de Talento. Hay que mandar entrenadores a aprender a otros países pero no una semana, o un mes, sino años.
¿Cuántos técnicos hubieran aprovechado más un convenio con la Escuela Tigres de Brasil en vez de los chavalos que desperdiciaron la oportunidad más valiosa de sus vidas?
Por hoy suficiente, que comience el debate de los aficionados, que no tienen culpa de nuestra triste realidad.
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